Duermevela es un ser fantástico. Duermevela vive debajo de las camas de los niños y niñas de todo el mundo, así que lo mismo da dormir en España que en Japón, en Turquía que en Zimbabwe, pues Duermevela no conoce fronteras.
Duermevela tiene la estatura de un niño de tres años, pero la fuerza y la astucia de un adulto. En realidad, nadie sabría decir a ciencia cierta qué aspecto tiene, ya que nunca nadie ha conseguido verlo sin que haya sufrido el más terrible de los espantos y, en consecuencia, haya perdido la memoria.
Duermevela tiene la estatura de un niño de tres años, pero la fuerza y la astucia de un adulto. En realidad, nadie sabría decir a ciencia cierta qué aspecto tiene, ya que nunca nadie ha conseguido verlo sin que haya sufrido el más terrible de los espantos y, en consecuencia, haya perdido la memoria.
Se dice de él que su mirada traviesa despierta desasosiego, y que su risa provoca escalofríos a quienes no le guardan ningún respeto.
Duermevela no tiene familia. Recorre el mundo haciendo travesuras resguardado por la oscuridad de las habitaciones infantiles. Entra en los dormitorios antes de que los más pequeños de la casa se vayan a dormir, y cuando sus padres se despiden de ellos hasta la mañana siguiente, Duermevela sale de su escondite para jugar con los sueños de los pobres infelices que tratan de pegar ojo.
Lo primero que puedes sentir es un frío qe te cala los huesos. Se debe a que Duermevela adora retirar las mantas y sábanas que cubren a los niños en sus cálidas camas. A veces sopla en la nuca o silba alegremente junto al oído de algún despreocupado que no se entera de nada. Otras veces, se acerca a los pies de la cama y, descubriendo los pies de sus pequeñas víctimas, juega con los deditos o acaricia la planta hasta que el niño está a punto de despertar.
Duermevela es amigo de Insomnio y Sonámbulo, y juntos hacen de las suyas a cuantos pobres infantes, ignorantes de los peligros que trae la oscuridad, tratan de adentrarse en el hermoso mundo de los sueños.
Duermevela no tiene familia. Recorre el mundo haciendo travesuras resguardado por la oscuridad de las habitaciones infantiles. Entra en los dormitorios antes de que los más pequeños de la casa se vayan a dormir, y cuando sus padres se despiden de ellos hasta la mañana siguiente, Duermevela sale de su escondite para jugar con los sueños de los pobres infelices que tratan de pegar ojo.
Lo primero que puedes sentir es un frío qe te cala los huesos. Se debe a que Duermevela adora retirar las mantas y sábanas que cubren a los niños en sus cálidas camas. A veces sopla en la nuca o silba alegremente junto al oído de algún despreocupado que no se entera de nada. Otras veces, se acerca a los pies de la cama y, descubriendo los pies de sus pequeñas víctimas, juega con los deditos o acaricia la planta hasta que el niño está a punto de despertar.
Duermevela es amigo de Insomnio y Sonámbulo, y juntos hacen de las suyas a cuantos pobres infantes, ignorantes de los peligros que trae la oscuridad, tratan de adentrarse en el hermoso mundo de los sueños.
Ellos son los encargados de traer las pesadillas a los niños y provocar sus continuos desvelos nocturnos. Su mayor diversión es causar trastornos en el sueño de quienes han vivido un largo y agotador día de colegio y juegos en el parque.
Duermevela es un ser fantástico. Duermevela vive debajo de las camas y se alimenta del pánico de los más pequeños. Duermevela no es malvado, nunca haría daño más allá de los límites del sueño. Duermevela no odia a los niños, pero si alguna vez os encontráis con él, de nada servirán las súplicas y suspiros…
Duermevela es un ser fantástico. Duermevela vive debajo de las camas y se alimenta del pánico de los más pequeños. Duermevela no es malvado, nunca haría daño más allá de los límites del sueño. Duermevela no odia a los niños, pero si alguna vez os encontráis con él, de nada servirán las súplicas y suspiros…
Muy interesante y sin duda engancha para seguir leyendo tu blog, que menos se puede esperar de un grande como tu, un saludo y hasta futuras entradas en tu blog.
ResponderEliminar"Verae amicitiae, sempiternae sunt"