Caen las hojas marrones,
las verdes aún aguantan,
amarillas y rojas,
sobre los adoquines húmedos
de las calles mojadas.
En la oscuridad nocturna
del callejón intransitado
se dejan oír los pasos
de unas botas viejas
del color de la penumbra.
Cadencia lenta de pasos
en la noche oscura.
Cadencia lenta de abrazos
en la habitación a oscuras.
Más allá del frío,
lejos del callejón intransitado
por el que se dejan oír los pasos,
un corazón abraza a otro
del que responden los labios.
Y en el calor del hogar,
en una habitación a oscuras,
se dejan de oír los pasos
de unas botas viejas
por un callejón solitario.
Y mientras tanto caen las hojas
marrones, las verdes aún aguantan,
amarillas y rojas
sobre los adoquines húmedos
de las calles mojadas.
Granada, 8/7/12.
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